Está demostrado que el uso prolongado del chupete interfiere en el crecimiento y desarrollo de las estructuras bucales de los niños. Por eso, se recomienda su retirada antes de los 2 años. (link al artículo “Efectos del uso prolongado del chupete”)
La retirada del chupete es el gran caballo de batalla para muchos padres. En la clínica recibo a padres agobiados con este tema, algunos han desistido y han mantenido el chupete más tiempo del recomendado. Lo primero que hago es escucharles y les intento transmitir tranquilidad. Todos los niños no son iguales, a veces lo ponen difícil y, si le sumamos la situación familiar de cada casa, unido al lloro y el no dormir, la mezcla puede ser francamente explosiva.
En mi caso, soy partidaria de guiar a los padres hacia la retirada del chupete de la manera más respetuosa posible.
Entre los 12-18 meses, los niños empiezan a crear más apego por el chupete, se hacen más demandantes, por lo que la retirada suele ser más compleja.
¿Cómo prepararse para la retirada del chupete?
- Elige el momento adecuado: nuestra función es observarlos para detectar cuándo nuestro/a hijo/a está preparado/a para iniciar la retirada gradual, adaptándonos a su ritmo y acompañándolo/a en todas las emociones que surjan durante ese proceso. Evita momentos de grandes cambios en su vida, como el inicio de la guardería, la llegada de un hermano, la retirada del pañal, cambios de rutina en casa, etc.
- Involucra a las personas que cuidan de tu hijo/a: familiares, amigos, cuidadoras, educadores. Todos deben coordinarse para seguir el mismo método que tú.
- Acompaña sus reacciones con respeto y cariño pero sé inflexible: tu hijo/a pasará por rabietas intensas, llantos y frustración, por tanto debes estar preparado/a para superar esos momentos con calma y serenidad. Sobretodo, una vez inicias el proceso de retirada del chupete, no debes dar marcha atrás, si lo haces y le das el chupete de nuevo, tu hijo/a sabrá que puede aplicar esa estrategia siempre que lo desee.
- Evita las comparaciones: cada niño es único y especial. Compararlo con otro niño puede ser contraproducente para su autoestima.
Métodos para retirar el chupete:
1. Unas semanas antes de iniciar el proceso de retirada, empieza a leerle cuentos relacionado con el tema: hará que el niño se sienta identificado y empiece a formar parte activa del proceso.
Mis favoritos:
“Edu ya no necesita el chupete” Linne Bie
“!Adiós, chupete!” Patricia Geis
“Los superhéroes no llevan chupete” Isaura Lee
“Rita ya no lleva chupete” Amaia Cia Abascal
“Los chupetes de Charlotte” Fanny Joly
“Bea deja el chupete” Jenny Album
2. Retira el chupete de forma gradual: ve disminuyendo las horas de uso de manera progresiva. Puedes empezar utilizándolo solo para dormir y retíralo de su boca una vez se haya dormido. Cuando se haya adaptado, elimínalo de las siestas y, una vez conseguido, retíralo del sueño nocturno.
3. Rompe el vínculo chupete-calma: busca maneras alternativas de calmarle cuando llore. Cógele en brazos, mímale, dale abrazos y mucho cariño. Al principio pueden sufrir crisis de llantos y enfados pero, poco a poco, aprenderán a gestionarlo sin chupete.
4. Haz el chupete menos apetecible: cada día corta un poco la punta de la tetina. Se sentirá incómodo/a por no poder succionar y perderá el interés por la tetina.
5. El hada de los chupetes: explícale que se ha hecho mayor y ha llegado el momento de entregar el chupete al hada que lo llevará a los niños más pequeños. Esa noche, prepara un ritual bonito en casa, mete el chupete en una cajita y, cuando tu hijo/a se levante por la mañana, encontrará un pequeño regalo del hada junto a una nota especial. Otra manera similar de hacerlo es aprovechando la llegada de los Reyes Magos.
6. En función de la edad, el temperamento y la madurez de tu hijo/a, podrías hablarle de la razón real por la que es necesario retirarlo. “Llevarlo demasiado tiempo puede dañar tus dientecitos y, tanto mamá como papá, están obligados a velar por tu salud y tu bienestar”. Es una buena manera de involucrar al niño en el proceso de retirada.
Independientemente del método que decidas utilizar, por muy mentalizado que esté tu hijo/a, una vez desaparece definitivamente el chupete, los primeros días pueden ser difíciles. Como padres nos tocará llenarnos de paciencia y saberles acompañar, convirtiéndonos en su principal fuente de calma y serenidad.
¡Ánimo! Es solo una fase y tarde o temprano pasará 🙂
Dra. Lissette Meriño Marín