La boca está llena de bacterias. Esas bacterias, junto con las mucosidades y otras partículas, están constantemente formando una “placa” pegajosa e incolora que se deposita sobre las superficies dentarias y es la responsable de las enfermedades de los dientes (caries) y las encías (enfermedad periodontal).
El cepillado y el uso del hilo dental ayudan a eliminar esta placa. Cuando no se limpia correctamente, se endurece y forma unos depósitos llamados “sarro”, que el simple cepillado no puede remover. Solamente una limpieza profesional hecha por un dentista o higienista dental puede eliminar el sarro. )
Aunque la causa es bacteriana, existen factores de riesgo que aceleran la evolución de la enfermedad periodontal:
- Fumar: es uno de los factores de riesgo más significativos. Además, el hábito de fumar puede disminuir el efecto de algunos tratamientos.
- Cambios hormonales, por ejemplo, durante el embarazo: estos cambios pueden hacer que las encías se hagan más sensibles facilitando el desarrollo de la enfermedad periodontal.
- Diabetes: las personas con diabetes tienen un mayor riesgo a desarrollar infecciones.
- Otras enfermedades: como el cáncer o el SIDA, y sus respectivos tratamientos, también pueden perjudicar la salud de las encías.
- Medicamentos: hay cientos de medicamentos que pueden reducir el flujo de la saliva. La saliva sirve para proteger la boca, y si disminuye, la boca queda susceptible a infecciones. Hay algunos medicamentos que pueden hacer que el tejido de las encías crezca más de lo normal. Esto dificulta mantenerlas limpias.
- Genética: la predisposición genética juega un papel fundamental en la aparición y desarrollo de la enfermedad periodontal.
- Malposiciones dentales y restauraciones defectuosas: crean áreas de retención de placa que facilitan la formación de sarro.